jueves, 1 de octubre de 2015

¿ Cómo es tu familia?



Mi familia es igual que millones de familias “normales”. Los problemas básicos de mi familia, son los mismos que los que tantas y tantas familias tienen que enfrentar a diario, o sea: como pareja tenemos múltiples problemas de relación entre nosotros, tenemos que educar a los niños, manejarnos con los parientes políticos y enfrentar al mundo exterior, trabajos, deberes, ocio…cada uno de nosotros con sus propias necesidades y aspiraciones. Igual que todas las familias normales enfrentamos continuamente estos problemas y negociamos los compromisos que hacen posible la vida en común.



Las familias deben enfrentar el desafío de cambios, tanto internos como externos y mantener al mismo tiempo su continuidad y deben apoyar y estimular el crecimiento de sus miembros mientras se adaptan a una sociedad en constante cambio.
Estas tareas no son fáciles de encarar. Algunos matrimonios perduran y otros no. Pero todos pasamos por eso de diferentes maneras.

¿Cuál es tu percepción sobre el funcionamiento de tu familia? Si por causa de algún cambio, producido recientemente o que se avecina, sientes que la situación os sobrepasa, si existe un continuo malestar consecuencia de una mala relación entre sus miembros, si te estás cuestionando si vale la pena buscar asesoramiento profesional, la respuesta es que sí.

Durante las relaciones de pareja y en la convivencia familiar se presentan conflictos y aunque se piense que estos no ayudan a la relación y que pueden ser el punto de partida de una ruptura, no siempre es así. Muy a menudo son el instrumento mediante el cual la familia reestructura su funcionamiento.





Las dificultades son algo presente en la vida. No podemos vivir sin que la vida nos presente muchas situaciones complejas. En estas situaciones, la manera y las habilidades que tenga cada persona para manejar las dificultades y la manera en que los miembros de una familia actúe para solucionar esas dificultades, las habilidades de que dispongan es lo que va a hacer la diferencia finalmente.



La rigidez y la incapacidad de aceptar algo, es lo que lleva a que las personas no puedan tolerar seguir en una situación y cuando hay una flexibilización, cuando un miembro de la familia quiere hacer un movimiento, aunque sea difícil y conlleve una etapa de transición y crisis, esta crisis puede llevar al crecimiento y ambos tienen la oportunidad de reacomodarse y negociar para crear nuevas reglas de convivencia con las que todos pueden ganar.




Cristina Enseñat Forteza-Rey
Psicóloga General Saniraria.
Orientadora Familiar

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Analytics