Mi familia es igual
que millones de familias “normales”. Los problemas básicos de mi familia, son
los mismos que los que tantas y tantas familias tienen que enfrentar a diario,
o sea: como pareja tenemos múltiples problemas de relación entre nosotros, tenemos
que educar a los niños, manejarnos con los parientes políticos y enfrentar al
mundo exterior, trabajos, deberes, ocio…cada uno de nosotros con sus propias
necesidades y aspiraciones. Igual que todas las familias normales enfrentamos
continuamente estos problemas y negociamos los compromisos que hacen posible la
vida en común.
Las familias deben
enfrentar el desafío de cambios, tanto internos como externos y mantener al
mismo tiempo su continuidad y deben apoyar y estimular el crecimiento de sus
miembros mientras se adaptan a una sociedad en constante cambio.
Estas tareas no son
fáciles de encarar. Algunos matrimonios perduran y otros no. Pero todos pasamos
por eso de diferentes maneras.
¿Cuál es tu
percepción sobre el funcionamiento de tu familia? Si por causa de algún cambio,
producido recientemente o que se avecina, sientes que la situación os
sobrepasa, si existe un continuo malestar consecuencia de una mala relación
entre sus miembros, si te estás cuestionando si vale la pena buscar
asesoramiento profesional, la respuesta es que sí.
Durante las
relaciones de pareja y en la convivencia familiar se presentan conflictos y aunque se piense que
estos no ayudan a la relación y que pueden ser el punto de partida de una
ruptura, no siempre es así. Muy a menudo son el instrumento mediante el cual la familia reestructura su funcionamiento.
Las dificultades son
algo presente en la vida. No podemos vivir sin que la vida nos presente muchas
situaciones complejas. En estas situaciones, la manera y las habilidades que
tenga cada persona para manejar las dificultades y la manera en que los miembros de una familia
actúe para solucionar esas dificultades, las habilidades de que dispongan es lo
que va a hacer la diferencia finalmente.
La rigidez y la incapacidad de aceptar algo, es lo que lleva a que las
personas no puedan tolerar seguir en una situación y cuando hay una flexibilización,
cuando un miembro de la familia quiere hacer un movimiento, aunque sea difícil
y conlleve una etapa de transición y crisis, esta crisis puede llevar al
crecimiento y ambos tienen la oportunidad de reacomodarse y
negociar para crear nuevas reglas de convivencia con las que todos pueden
ganar.
Psicóloga General Saniraria.
Orientadora Familiar
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