Según datos del
Instituto Nacional de Estadística, fueron 2.391 los nacimientos de madres
menores de 18 años en toda España. De estos, 102 en nuestra comunidad autónoma.
Estas cifras, que van en aumento de año en año, son cuanto menos, preocupantes
y deberían hacernos reflexionar sobre cómo afrontar estas situaciones, cada vez
más frecuentes.
El embarazo durante
la adolescencia ocasiona multitud de trastornos:
- Desde el punto de
vista médico, el embarazo en los adolescentes presenta multitud de riesgos
tanto para la futura madre como para el niño.
-Desde el punto de
vista social, las madres adolescentes suelen abandonar sus estudios y no los
prosiguen en el futuro, con la consiguiente pérdida de oportunidades. Así
mismo, en muchas ocasiones sufren rechazo social por su nueva situación o
pierden el círculo de amistades.
- Desde el punto de
vista psicológico, el embarazo conlleva un cambio en la identidad de la
adolescente que debe afrontar difíciles situaciones emocionales. Especialmente
en el caso de la interrupción voluntaria del embarazo, hay que estar muy atento
al “trauma del aborto”. Este conlleva un conflicto intrapsíquico, a veces
difícil de superar, del que se pueden derivar implicaciones psicológicas a
corto y a largo plazo, y que en algunos casos requerirán apoyo profesional
según las propias circunstancias personales.
En cualquier caso esta
nueva situación vital hace que la adolescente viva en un continuo estado de ansiedad e
incertidumbre debido a sus escasos recursos de afrontamiento, problemas de
autoestima e inseguridad que la pueden llevar al aislamiento y al retraimiento.
¿Qué podemos hacer los padres ante el embarazo de nuestra
hija adolescente?
El papel de los
padres debe consistir en acompañar a la hija en la toma de decisiones.
Deberán ayudar a su hija a considerar las
diferentes opciones que se le presentan (criar al bebé en la familia de origen,
construir una familia con el padre del bebé, dar al niño en adopción o
interrumpir voluntariamente el embarazo) y apoyarla
incondicionalmente en sus decisiones. Es importante, no culpabilizar a la adolescente ante su embarazo y las decisiones
que tome con respecto al mismo.
La implicación de la
adolescente en su embarazo en gran medida estará determinada por el compromiso de
apoyo y ayuda en el transcurso de la gestación, parto y futuro cuidado del
hijo, por parte de la familia.
El apoyo familiar
permite crear un ambiente de seguridad
que facilita a la adolescente asumir su
nuevo rol como futura madre. Muy especial es la relación con su propia
madre, la cual deberá ayudar a su hija, sin
invadir ni suplantar sus funciones,
con el fin de que progresivamente alcance
autonomía e independencia.
Un aspecto
fundamental que los padres no pueden ignorar es el hecho de comprender que la
menor debe ir adquiriendo las habilidades necesarias para desempeñar
adecuadamente su propia maternidad y al mismo tiempo deberá desarrollar la suficiente confianza en sí misma, como para
sentirse capacitada para afrontar esta nueva situación, en otras palabras, es
tan importante ser capaz, sentirse capaz
como.
En ocasiones, la
adolescente, estando capacitada para afrontar la maternidad, se viene abajo y
se percibe a si misma como incapaz y sobrepasada por los acontecimientos.
Los padres podrán
proporcionarle una buena dosis de confianza en si misma, mostrándole, con
pruebas de realidad, que está capacitada para afrontar exitosamente sus dificultades, reforzando sus intentos por
solucionar las situaciones difíciles, potenciando cada uno de los logros
conseguidos y las habilidades empleadas en ello. Esto suele ser el “empujón”
que necesitan para tomar las riendas de
la situación.
Cristina Enseñat Forteza-Rey
Psicóloga General Sanitaria
Orientadora Familiar
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