lunes, 22 de febrero de 2016

Prevenir y afrontar los problemas en la pareja




Una pareja está formada por dos personas distintas (evidentemente), y cada una de ellas aporta a la relación su propia educación, sus creencias, actitudes y sus rasgos de personalidad, así que es natural que aparezcan conflictos y dificultades en la interacción y la convivencia.

Lo que va a determinar que estos conflictos evolucionen hacia un resultado positivo o negativo será el tipo de respuesta que se dé ante ellos.
Si conseguir dar una respuesta adecuada es importante siempre, en el ámbito de una relación de pareja es la clave tanto para prevenir, como para afrontar los problemas conyugales.

Así, dependiendo de la educación, las habilidades personales y la sensibilidad y concienciación sobre el tema de cada uno, la manera de abordar los problemas que aparezcan en la relación de pareja puede convertirse en una oportunidad para conocerse mejor y progresar juntos.


El acuerdo sobre el tipo de relación, el vínculo afectivo, el compañerismo, la complicidad y la comunicación, son la base sobre los que fundamentar la prevención de los problemas de pareja teniendo en cuenta la complejidad de los problemas que pueden surgir y la multitud de circunstancias que pueden acompañarlos.

El desarrollo de un proyecto de vida compartida pasa necesariamente por el acuerdo sobre el tipo de relación, que permita alimentar una actitud colaborativa en la pareja. El reto es pasar de lo individual a lo compartido, sin abandonar lo individual e integrando lo compartido como una riqueza y convertir la relación de pareja en una oportunidad compartida de crecer como personas.

La dependencia es el mayor peligro para que se establezca y permanezca sano el vínculo afectivo. Para cultivar un vínculo sano y constructivo es necesario compaginar la necesidad de pertenencia y apego con la autonomía personal y la responsabilidad, evitando culpabilizar, reprochar, imponer, exigir, tener comportamientos egocéntricos y actitudes defensivas.
El compañerismo y la complicidad sustentan una relación satisfactoria de pareja compaginando lo individual con lo compartido, compartiendo actividades cotidianas y proyectos ilusionantes de futuro y contribuyen también a fortalecer el vínculo afectivo generando seguridad y confianza.

El origen de muchos conflictos está en la comunicación. En ocasiones, las discusiones interminables en la pareja nos sugieren estilos de comunicación inadecuados o malestar por conflictos en estado latente que no han sido adecuadamente abordados.
En la comunicación tiene especial importancia la interpretación, las ideas previas, la predisposición de cada uno, el contexto, que condicionan la forma de percibir la información.

En la relación de pareja, donde coinciden dos estilos personales se va definiendo un estilo comunicativo y de relación que se va consolidado. Es aconsejable revisarlo, para eliminar los elementos negativos y reforzar aquellos aspectos que facilitan una comunicación eficaz.

Cuando los problemas no se afrontan a tiempo para intentar resolverlos, las emociones negativas crecen y se produce una inundación emocional que impide una comunicación razonable y efectiva. Cuando esto ocurre la pareja puede entrar en una dinámica destructiva que supone un gran sufrimiento para ambos. Incluso a veces, ya no es cuestión de voluntad, simplemente no es posible encontrar la solución solos. Si es tu caso, pide ayuda.









Cristina Enseñat Forteza-Rey
Psicóloga General Sanitaria
Orientadora Familiar 


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viernes, 12 de febrero de 2016

Consecuencias psicológicas en procesos de separación o divorcio



Las personas que atraviesan un proceso de separación, se ven en la situación de tener que tomar muchas decisiones importantes, empezando por tener que plantearle  a su pareja que la relación ha acabado, cómo hablarcon los hijos de la situación, buscar abogados... 
En muchos casos tendrán que enfrentar un juicio con su ex pareja y afrontar dificultades económicas, así como la actitud y las reacciones de la familia extensa y los amigos.


Cada proceso de separación es distinto y las personas que lo viven tienen que hacer frente a muchas y diferentes situaciones que dependerán de cómo se produzca la situación, del momento en que se produce la separación de hecho (antes, durante o después de la ruptura) y por supuesto del tipo de relación de la pareja antes, durante y después; la intensidad y la gravedad de los conflictos y los factores de personalidad propios de cada uno.

Pero, en cualquier caso, se producen muchos e importantes cambios en sus vidas que pueden desembocar en problemas de adaptación y generar síntomas de malestar emocional, inseguridad, dudas y la posibilidad de tomar decisiones equivocadas, impulsivas o precipitadas que finalmente van a incrementar sus problemas y a aumentar el estrés al que están sometidos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, las principales reacciones y las consecuencias psicológicas más frecuentes que pueden experimentar las personas que atraviesan un proceso de separación o divorcio son:

Ansiedad. La ansiedad y toda la sintomatología que la acompaña es una de las reacciones más frecuentes y comunes en estas situaciones, frente al aumento de las situaciones estresantes a las que hay que enfrentarse.

Depresión.  La pérdida de una persona tan significativa en la vida, provoca sentimientos de tristeza, soledad, culpa, desesperanza, pérdida de actividades gratificantes y desilusión respecto al futuro.

Baja autoestima. También es común la sensación de falta de valía personal y la pérdida de autoestima, especialmente en las separaciones conflictivas.

Inadaptación. Puede ocurrir también que la persona se aísle y sienta una desgana generalizada que le impida participar en actividades sociales, alterando las relaciones familiares y sociales, dificultando encontrar o mantener un trabajo y atravesando dificultades económicas. 

Así pués, en función de las diferentes características personales, familiares y sociales que se den durante este proceso, pueden darse distintas consecuencias y reacciones psicológicas en un continuo de menor a mayor gravedad y necesidad de intervención. Desde personas que pueden necesitar una orientación sobre cómo afrontar cuestiones previas a la separación hasta situaciones de especial gravedad en los que la persona pueda llegar a aislarse socialmente y entrar en una espiral de desgana, inactividad, y tristeza que aumente, al mismo tiempo, los síntomas de malestar emocional.







Cristina Enseñat Forteza-Rey
Psicóloga General Sanitaria
Orientadora Familiar



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martes, 2 de febrero de 2016

Habilidades parentales



Quieres sentirte bien como padre, pero el "¡No!" de tu hijo de 2 años, el "¿Por qué tengo que hacer esto?" de tu hija de 9, o el "¡No estás siendo justo!" del de 14, te hace sentir inseguro.



¿Quieres ayudar a tus hijos a comprender y a asumir responsablemente las consecuencias de sus acciones?

¿Te gustaría enseñar a tus hijos a desafiarte con respeto?

¿Necesitas tú mismo aprender a establecer expectativas, normas y límites, dando un buen ejemplo para una comunicación apropiada?.





No esperes más.


Este es el momento.
Pide tu primera consulta al 622 0380 308



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